Fábricas. Ahí va mi voto en las próximas elecciones presidenciales. Ya sé, ya sé. Falta tiempo y además tendré que ver en qué lugar de la galaxia voy a estar viviendo en 2027, como para saber si voy a poder votar en el consulado argentino en Marte, Narnia o donde sea que estemos viviendo para ese entonces. Lo tengo clarísimo. Igual de claro como que esa palabra mágica, “fábricas”, va a ser el único factor determinante para conquistar mi voto. La decisión vino como un rayo, hace un par de semanas. Estábamos yendo en bus desde Río de Janeiro a Arraial do Cabo cuando pasamos por el enorme puerto de la ciudad. Una maquinaria infernal de acero y poleas para cargar en barcos igual de infernales a las otras maquinarias, por supuesto, también infernales, que se producen en Brasil y luego se exportan al mundo. Nada de granos ni animales, todos productos debidamente industrializados. Y ahí lo vi frente a mis ojos, con una claridad meridiana. Me imaginé este diálogo entre la nada misma y yo, pensando en las propuestas de los futuros candidatos a ocupar Balcarce 50. —Por las condiciones territoriales de Argentina, habría que ver cuál es la mejor estrategia de transporte— —Fábricas. —Como te decía, al ser un país tan grande las opciones son varias. Una es intentar replicar el modelo de Estados Unidos, mediante una estrategia en la que cada persona tiene su propio vehículo, complementado por una extensa red de transporte aéreo, federal, no centralizada, y que— —Fábricas. —La otra opción es ir por una estrategia como la Suiza, con una fuerte intervención del Estado en materia de transporte, con empresas públicas manejando íntegramente la gestión de trenes de pasajeros y de carga, lo que también les permite— —Fábricas. A esta altura, cualquier otra discusión me da un poco lo mismo. Quiero fábricas. Quiero ese puerto, como el que vi pegadito al Pao de Azúcar mientras cruzábamos el puente hacia Niterói. Señor candidato, señora candidata, ¿tiene usted un plan serio para llenar este país de fábricas? ¿Apostamos por la movilidad social ascendente, obreros felices y capitales nacionales? Tome mi voto. |