La noticia de la semana es NEO, un robot humanoide pensado para tareas domésticas. Una especie de Robotina de Los Supersónicos, pero con funciones mucho más limitadas. ¿Es un robot? Sí, aunque por ahora lo maneja una persona a distancia con controles y un casco de realidad virtual. A futuro, promete la compañía, podrá resolver las cosas de forma autónoma.

NEO cuesta USD 20.000 más una suscripción mensual de USD 500, y planean empezar las primeras entregas en 2026. Hasta ahí —con una campaña de marketing y PR como no veía hace mucho tiempo—, la información que tenemos disponible.

La robótica doméstica está claramente en fase de crecimiento acelerado: partiendo de un mercado estimado en alrededor de USD 10 mil millones en 2023-2024, se proyecta que aumente a valores mucho mayores gracias a tasas de crecimiento de dos dígitos (~19-25 % anual). 

Estas cifras prueban que los hogares alrededor del mundo están comenzando a adoptar robots de limpieza, mantenimiento, asistencia y otros usos.

La pregunta, para mí, es si NEO será o no el eslabón que convierta a la robótica doméstica en algo tan normal como comprar un electrodoméstico. A nivel técnico se ve posible, pero falta evidencia: el precio, las limitaciones técnicas y la dependencia de un control remoto sugieren que todavía estamos viendo más promesa que realidad. 

Podría ocurrir que, como también sucede con tantas otras innovaciones, su valor esté menos enfocado en lo que hace hoy y más en las oportunidades que abre para mañana.