Un reciente estudio de Adecco asegura que casi el 46% de los encuestados considera que el trabajo remoto es el factor más determinante a la hora de elegir un empleo. El podio lo completan el salario (38,8%) y la flexibilidad horaria (35,2%). Los ascensos y las promociones aparecen en el quinto lugar, con un 20% de los votos.

Existen diversas razones que explican estos resultados. En los últimos años, especialmente a raíz de la pandemia por COVID-19, los empleados tomaron mayor consciencia sobre la conciliación familiar y laboral. Ocurre que el teletrabajo permite a las personas tener más flexibilidad para organizar su tiempo, y de esa manera poder cumplir sus responsabilidades familiares, algo que se acentúa en quienes tienen hijos o personas a su cargo. 

El teletrabajo también contribuye a disminuir los desplazamientos y las grandes cantidades de tiempo muerto que implican a diario, lo que repercute en la calidad de vida de las personas. 

Por otra parte, esta modalidad se ha vuelto tan importante para los trabajadores españoles por su capacidad para proporcionar mayor seguridad en el empleo. Ocurre que durante la pandemia muchos profesionales perdieron sus empleos o vieron reducida la jornada laboral producto de la crisis económica. Debido a que las empresas pueden ahorrar costos en oficinas y locales, el teletrabajo se traduce en una mayor estabilidad profesional.

No todo es color de rosas

En el plano no tan positivo, cabe mencionar que el teletrabajo también presenta sus propios desafíos y retos que deben ser abordados. 

Uno de los aspectos más importantes que deben atender las organizaciones es la posible “desconexión” entre los trabajadores, lo que puede afectar a la cohesión y la cultura organizativa. Para dar solución a este tema es fundamental que las empresas continúen manteniendo un contacto regular con sus empleados, que fomenten la comunicación y la colaboración entre ellos.

El incremento en los casos de “burnout” producto de la hiperconexión y las dificultades para separar la vida personal de la profesional también es un asunto que preocupa. 

“El síndrome de burnout fue reconocido en 2019 como un trastorno mental en la Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE) elaborada por la Organización Mundial de la Salud. La OMS lo describe como un síndrome resultante del estrés crónico en el trabajo que no fue gestionado con éxito”, explicó el doctor Daniel López Rosetti, cardiólogo y especialista en Medicina del Estrés en una nota para Infobae.

El aumento del estrés y la ansiedad afecta particularmente a aquellos empleados que no cuentan con el apoyo de las empresas para gestionar su tiempo y bienestar mental. Por eso, lograr un sano equilibrio entre el trabajo y la vida personal es fundamental para la expansión del teletrabajo.