Apenas ocho meses después de haber lanzado Gemini 2.5 y once de su versión anterior, llegó Gemini 3. ¿La necesitamos? No lo sabemos.
Lo que sí sabemos es que estos permanentes lanzamientos en lugar de parecer una ruta tecnológica clara, son en realidad una carrera armamentista contra OpenAI. Si Sam Altman lanzó GPT-5 en agosto, Sundar Pichai necesita demostrar que Google no perdió músculo, o al menos que aún puede quemar capital en infraestructura a un nivel que, sumado al resto de los actores, podría superar los 380 mil millones de dólares este año, según cita NCBS. Algunos lo llaman innovación, otros dirán que es un delirio cósmico.
Pero volvamos a Gemini 3. Entre las mejoras prometidas aparece la supuesta “perspicacia genuina”. ¿Qué significa esto? Según Demis Hassabis, CEO de DeepMind, el modelo va a dejar atrás las respuestas serviles. En otras palabras: va a decir lo que el usuario necesita escuchar, no necesariamente lo que quiere. Tras años entrenando algoritmos que responden con un entusiasmo agotador, Google asegura que ahora su IA tiene carácter, o al menos la suficiente lucidez como para no asentir a todo.
La otra gran apuesta se vende como eficiencia. Pichai sostiene que Gemini 3 requiere menos indicaciones y entiende mejor el contexto, algo celebrado por cualquiera que haya pasado meses diseñando simples prompts como si buscara la lucha contra una enfermedad rara.
Esta supuesta simplicidad funcional llega acompañada de un despliegue visual ambicioso, porque Google quiere que las respuestas no solo sean útiles, sino presentables. Tablas, imágenes, cuadrículas, todo dentro de un “AI Mode”. Si esto significa una inteligencia más clara o es un PowerPoint un poco más vistoso es otra cuestión. Yo no tengo la respuesta. Todavía.
Este otro punto muy probablemente pase de largo para las audiencias no-tech, pero: los desarrolladores también recibieron promesas futuristas.
En lugar de hablar de código línea por línea, Google propone un modelo más orientado a tareas —llamado “vibe coding”, en la jerga— y lo apalanca con una nueva plataforma llamada Google Antigravity. La idea es que el modelo pueda generar soluciones completas según una intención o proyecto, no solo fragmentos de código como ocurre actualmente. Google insiste en que es su avance más ambicioso hasta ahora en generación de código.
Suena exagerado, pero en un contexto donde Gemini ya cuenta con 650 millones de usuarios activos mensuales y AI Overviews supera los dos mil millones, Google puede darse el lujo de evangelizar sin demasiada modestia.