Un equipo de investigadores desarrolló una extensión que reordena el feed de la red social X para disminuir la temperatura política, sin eliminar contenido. El resultado: bajaron la animosidad y la tristeza, mientras que subió la empatía.
Funciona más o menos así: el sistema detecta esos mensajes incendiarios, como insultos partidarios, actitudes antidemocráticas o posturas extremistas, y luego los empuja hacia abajo. El contenido no desaparece, sino que pierde protagonismo en el scrolleo. Con menos mensajes tóxicos en primer plano, la experiencia se vuelve más respirable sin atacar la libertad de expresión.
La herramienta fue utilizada por alrededor de 1.200 personas durante diez días, en el marco de las últimas elecciones presidenciales estadounidenses, celebradas en 2024. Como consecuencia, los participantes dijeron sentirse menos enojados y menos tristes al usar la plataforma, y también un poco más cálidos hacia el partido contrario.
Aunque este cambio podría parecer pequeño —unos dos puntos en una escala de 0 a 100—, para los expertos no es nada menor, ya que variaciones de este estilo en la opinión pública suelen tomar años. Una señal clara, para quienes dudaban, de lo acelerados que corren los procesos en las redes sociales.
Otro dato interesante del estudio es que, al parecer, no todo depende de lo que se publica, sino del orden en que el algoritmo lo muestra. Al desplazar esos contenidos más tóxicos, el feed deja de funcionar como un ring de boxeo en el que hay una contienda permanente. Logra, se supone, cambiar la atmósfera del espacio sin intervenir directamente en el debate.
Los autores ven este resultado como una señal prometedora, porque si bien los algoritmos buscan permanentemente el enojo como forma de engagement, los usuarios podrían encontrar una asistencia más neutral para que las redes dejen de ser un campo de batalla. El objetivo es que puedan tener experiencias más equilibradas y menos agotadoras.