El IoB no es algo futurista, sino que ya está entre nosotros. De hecho, de acuerdo con el informe “Top Strategic Technology Trends for 2021”, elaborado por Gartner, de cara a los próximos tres años el 40% de la población global tendrá su comportamiento trackeado por IoB. Pero, ¿qué significa esto?
A través de técnicas de reconocimiento facial, seguimiento de la ubicación y otros inputs, las organizaciones están paulatinamente comenzando a monitorear los comportamientos individuales de sus clientes. La creciente sofisticación de la tecnología que procesa estos datos ha permitido que esta tendencia crezca, con grandes impactos para la vida cotidiana.
Los ejemplos más comunes en Occidente se dan en nuevos modelos de negocio, basados no solamente en el uso que las personas le dan a las aplicaciones, productos y servicios, sino en conocer en mayor profundidad cómo los clientes se relacionan con estos elementos.
Para Daryl Plummer, VP de Gartner, “a largo plazo, es probable que casi todas las personas que viven en una sociedad moderna estén expuestas a alguna forma de IoB, que se fusiona con las normas culturales y legales de nuestras sociedades pre digitales existentes”.
Economía de los datos humanos
El IoB representa una nueva etapa de la relación entre las personas y la tecnología, dando lugar a una nueva tendencia llamada “Human Data Economy”. Allí, los consumidores podrán monetizar toda la información que sea trackeable a través de dispositivos electrónicos y tomar el control sobre cómo, dónde y cuándo las empresas utilizan esos datos.
Si bien las tecnologías han evolucionado considerablemente en los últimos años, todavía hay camino por recorrer. En pos de continuar con esta evolución, los sistemas necesitan una mejor categorización de los datos, además de incrementar el número de datos recopilados. Por ello, es necesario crear modelos de acceso a la información personal en el que los usuarios puedan obtener algún tipo de rédito por brindar esta información a las empresas.
“Permitir que los creadores de datos proporcionen a las empresas acceso a sus datos personales a cambio de una compensación puede permitir que las empresas soliciten exactamente qué datos están buscando y de quién. Esto debería acelerar la recopilación de los datos correctos en las cantidades adecuadas para hacer que los productos y la investigación estén mejor orientados y sean más valiosos”, asegura Mark Gorski, co fundador y CEO de Sports Data Labs.
El mercado de los datos humanos podría impulsar nuevos sistemas tecnológicos, profesiones e industrias, orientadas a comprender mejor nuestros hábitos, proporcionar productos y servicios personalizados y anticiparse a nuestros comportamientos.
Para los más pesimistas, el futuro parece una mezcla entre 1984 y Black Mirror. No obstante, que cada persona pueda tener el control real de los datos y la información que las compañías tecnológicas y los gobiernos saben sobre ellas es, si todo marcha como debería, mucho más transparente, privado y seguro de lo que es por estos días. ¿Estamos listos para el futuro que viene?