Llevo cinco años viviendo fuera de Argentina. Dos de ellos, trabajando remoto para mi país y los tres últimos, con el emprendedurismo y JET Agencia, sirviendo a clientes de Europa, Estados Unidos y América Latina desde cualquier sitio del mundo. En este camino, el Excel ha sido mi gran aliado.
Desde 2018 hasta aquí pasé y pasó de todo: una pandemia, viví en cuatro países distintos, me topé con fronteras cerradas y con fronteras abiertas. También tuve viajes increíbles, otros que no tanto, hice amigos nuevos, me casé con la mujer más genial de la galaxia, probé comidas desconocidas y escuché idiomas que todavía me resultan imposibles de comprender.
Mi intención con esta serie de entregas es poder ayudar a quienes tengan el deseo de viajar por el mundo, de trabajar por su cuenta haciendo lo que les gusta o de potenciar la comunicación de su marca. En el camino, hablaremos de emprendedurismo, tecnología, viajes, comunicación, marketing y periodismo. ¿Me acompañan?
No hay éxito sin plan
No me refiero al éxito en el sentido de fama, flashes y limousinas, dinero, joyas, rock (¿sigue con vida el rock?) y una vida desayunando champagne directamente desde la botella. El éxito es absolutamente subjetivo, por supuesto, pero en este caso me refiero al éxito como sinónimo de lograr aquello que se propongan.
El punto es que no puedo abordar cómo la planificación fue crucial para mí propio éxito, especialmente durante los últimos años, sin nombrar al gran protagonista, al esqueleto, el pentagrama fundamental de esta obra: la planilla de cálculo.
Algo que le agradezco enormemente a mis experiencias en el mundo de la informática es la práctica y el conocimiento que me dio sobre este tema, ya que tenía que hacer un excel hasta para respirar. En los años trabajando para IBM primero y para NorthGate Arinso más tarde, realmente odié tener que usar ese programa. No tengo problema en admitirlo. Llegué a maldecir todas y cada una de las mañanas en las que me tenía que sumergir en ese océano de filas, columnas y fórmulas.
Mi campaña “anti excel” durante tanto tiempo fue tan delirante que cuando finalmente logré empezar a trabajar como periodista profesional — o sea, me iban a pagar por escribir sobre tecnología y negocios — brindé por lo que en ese momento creí una merecidísima victoria: “Nunca más en mi vida vuelvo a abrir un Excel”.
Pocos días más tarde, la realidad me puso en mi lugar. Esa noche en la que había chocado copas con mis amigos, no podría haber estado más equivocado: también iba a necesitar usar excel en este nuevo trabajo.
Pero algo para nada menor había cambiado en cuanto al contenido de esa planilla de cálculo. Ya no eran cosas relacionadas con auditorías, sistemas, softwares, normas y la seguridad informática, sino con el maquetado de una revista en papel. A partir de ahí, el odio irracional se esfumó y le dio lugar al amor que hoy nos tenemos. Tampoco tengo problema en admitirlo. Comprendí la utilidad y el enorme poder de utilizar el excel en todos los órdenes que fuera necesario: desde la facultad hasta los viajes, pasando por la organización de mi joven economía y mi pequeña casa.
Hay que amigarse con el Excel
Sé que puede ser difícil de asimilar esto que les digo. Respiren hondo y repitan conmigo: “El Excel será mi amigo”. Por algo se llama PLANilla. Planificación. Planification, en francés e inglés, aunque la pronunciación difiere entre los dos idiomas. Planung, por si hablan alemán. Como quieran llamarle, repitan conmigo una vez más: “El Excel será mi amigo”.
El excel es una herramienta sumamente poderosa para planificar un viaje, emprender tu negocio, o la comunicación de tu marca. No conozco otra forma más eficaz para cumplir exitosamente cualquier cosa más o menos compleja sin la ayuda de una planilla de cálculo.
Cualquiera de las tres cosas que mencioné en el párrafo anterior pueden ser agobiantes al comienzo. Pero, al subdividir ese objetivo en pequeñas partes, lo gigantesco se vuelve abordable. Lo que antes era una montaña en apariencia imposible de subir ahora serán tareas más pequeñas y, por ende, más fáciles de resolver para alcanzar los objetivos.
Recuerdo la primera vez que me mudé de país: fue agobiante, no sabía por dónde comenzar. Cuando “desarmé” el “problema” en un excel y acomodé las tareas, organicé todos los requisitos que me pedía el nuevo país al que iba a migrar y puse esas pequeñas piezas entre filas y columnas, logré avanzar en dirección hacia a un objetivo que parecía titánico.
Bueno, seguía siendo titánico, pero al menos ahora tenía más claridad sobre los pasos a seguir. Lo que vino después lo logré, en parte, gracias a la organización práctica y al alivio mental de la organización, cortesía de la planilla de cálculo.
Algo similar me ocurrió cuando empecé a viajar con frecuencia.¿Qué destino es mejor para mi presupuesto? ¿Cómo hago para comparar en qué me conviene viajar? ¿Qué me tengo que llevar? ¿Qué papeles y permisos voy a necesitar? ¿Qué cosas no me quiero perder de los sitios a los que vaya? ¿Por dónde se empieza?
Como quería aprovechar al máximo la experiencia, sin olvidarme de nada y sin estresarme en el camino, desarrollé esta Guía Maestra de Viajes. Es una gran plantilla que incluye secciones para que puedan armar los presupuestos de los viajes, hospedaje, atracciones y algunos consejos que fui adquiriendo en años de recorrer el mundo mientras trabajo de lo que me apasiona.
Me atrevo a decir que el deseo de viajar por el mundo, emprender un propio camino profesional o potenciar la comunicación de una marca tienen más en común de lo que parece: requieren organización y paciencia. Por eso, les recomiendo que hagan amistad con el Excel. No solo les ayudará a planificar y organizarse, sino que también les permitirá enfrentar desafíos aparentemente imposibles de una manera más manejable.
Si comparten el entusiasmo por aprovechar al máximo las posibilidades de la tecnología en los proyectos personales y profesionales, ¡les invito a compartir sus experiencias y comentarios! Así, podremos seguir aprendiendo y descubriendo nuevas formas de hacer que la tecnología sea nuestra aliada en el camino hacia nuevos horizontes.